miércoles, 7 de octubre de 2009

LA RELACIÓN CON LOS PADRES

Los cambios familiares que observamos actualmente nos muestran una diversidad de composiciones familiares. Algunas familias siguen formadas de manera tradicional y otras de manera no convecional. Por esta diversidad muchas veces aparecen "enjuiciamientos" que impiden ver el amor que circula aún en una familia desmembrada, donde cada miembro está aparentemente desvinculado del otro.

No existe en estos momentos un modelo familiar al que apuntar, cada familia debe ensayar el tipo de vhínculo que puede establecer entre sus miembros.

A pesar de esta diversidad todas las familias se forman siguiendo un mismo patrón:
1) todos provenimos de un padre y de una madre
2) todos somos hijos

Este hecho nos iguala, nos hermana, en este punto carecemos de diferencias, y es este el punto que quisiera abordar.

A pesar de la importancia crucial que nuestros padres tienen en nuestra vida, porque precisamente nos han dado la vida, pocas veces tenemos una mirada respetuosa hacia ellos. Me refiero a respeto como una actitud de agradecimiento que conyeva un vínculo profundo y trascendente. Pocas veces se ve entre padres e hijos una relación donde cada uno mira profundamente al otro, lo escucha y se coloca en su lugar para entender lo que dice. Muchas veces padres e hijos anteponen a su íntima relación, exigencias de comportamiento lo cual entorpece la vinculación.

Si podemos ver a nuestros padres como hijos de otros padres, tal vez podamos entender un poco más su comportamiento. Ellos han aprendido como nosotros a través del ensayo y del error, esto hace a que acierten y se equivoquen centenares de veces en sus vidas.

En la medida que puedo aceptar con mayor compasión a mis padres en esa misma medida me estoy aceptando a mi mismo, pues provengo de ellos. Entonces si respeto a mis padres estoy colaborando para mirarme a mi mismo de un modo más amoroso.

Lic. Matilde Juárez